Visita a Perú, del 21 de enero al 3 de febrero de 2020
Señora Presidenta,
Distinguidos delegados y delegadas,
Representantes de los pueblos indígenas,
Señoras y señores,
Es un honor para mí dirigirme al Consejo de Derechos Humanos por primera vez desde que asumí mi mandato. Espero desempeñar mi cargo de Relator Especial con entusiasmo y compromiso personal, y aprovechar la importante labor realizada por mis predecesoras/es para avanzar hacia una mejor implementación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Considero esta oportunidad como la culminación de mis cuatro décadas de incansable defensa de los derechos de los pueblos indígenas.
Hoy, el énfasis de mi declaración se centrará en los tres informes de mi predecesora que presento al Consejo.
No obstante, debo comenzar señalando que tomé posesión de mi cargo el 1 de mayo de este año, en medio de la crisis de la COVID-19. Mi mandato ha recibido un enorme volumen de información sobre los riesgos y violaciones particulares que sufren los pueblos indígenas de todo el mundo, tanto por el propio virus como por las medidas adoptadas por los Estados durante la crisis. La pandemia ha creado una ola de miedo, tristeza y dificultades sin precedentes para muchas personas en todo el mundo, pero los pueblos indígenas se sienten particularmente olvidados y abandonados.
Los pueblos indígenas son especialmente vulnerables ante la enfermedad debido al inadecuado acceso a la atención sanitaria y al agua potable y a sus condiciones de salud previas. La escalada de desalojos de los pueblos indígenas de sus tierras y la pérdida de sus medios de vida tradicionales, junto con las dificultades generadas por la COVID-19, están agravando la pobreza extrema y la desnutrición en las comunidades indígenas. El mes que viene presentaré mi primer informe a la Asamblea General. En él se examina el impacto de la COVID-19 sobre los derechos de los pueblos indígenas y en ese informe pido específicamente un mayor reconocimiento del derecho de los pueblos indígenas a la autodeterminación como algo esencial para garantizar su capacidad de recuperación en situaciones de crisis como la pandemia. También pido la pronta inclusión de los pueblos indígenas y sus instituciones en las medidas de contingencia, la gestión de la crisis y la planificación de la recuperación, con el fin de garantizar que sus necesidades y requisitos se tengan en cuenta y se aborden en los programas y políticas nacionales.
Señora Presidenta,
Me referiré ahora a los tres informes de mi predecesora, la Sra. Victoria Tauli-Corpuz, que presento al Consejo.
En su último informe temático al Consejo, la ex Relatora Especial Especial destaca ejemplos de impactos positivos en la protección de los derechos de los pueblos indígenas a partir del trabajo realizado durante el periodo de su mandato entre 2014 y 2020. Entre los ejemplos destacados están sus intervenciones que contribuyeron a la absolución de líderes y lideresas indígenas que defendían los derechos territoriales de sus comunidades. Otros ejemplos ilustran cómo intervino directamente con varios gobiernos e inversores financieros en proyectos de desarrollo de gran escala en Asia, África y América Latina, y cómo consiguió que suspendieran sus actividades hasta que se respetasen los derechos humanos. En algunos casos, su labor de defensa contribuyó a detener los desalojos de pueblos indígenas de sus tierras tradicionales. En otros casos, contribuyó a que los litigios relacionados con los derechos sobre la tierra se resolvieran a favor de los pueblos indígenas y a que se iniciaran procesos de demarcación y titulación de tierras.
El informe también examina las experiencias y lecciones aprendidas en relación con los procesos de consulta y formula recomendaciones sobre la aplicación de las normas internacionales en materia de consulta y consentimiento libre, previo e informado.
El segundo informe que presento hoy ofrece una panorámica regional de la situación de los pueblos indígenas en Asia. La ex Relatora Especial llevó a cabo una consulta regional en Bangkok en noviembre de 2019 a la que asistieron más de 100 representantes de pueblos indígenas de Bangladesh, Camboya, India, Indonesia, República Democrática Popular Lao, Malasia, Myanmar, Nepal, Filipinas, Timor-Leste, Tailandia y Vietnam, así como de la provincia china de Taiwán. Durante la consulta se produjeron debates e intercambios sobre los desafíos actuales a los que se enfrentan los pueblos indígenas en Asia. El informe de la consulta se centra en cuestiones relacionadas con la autodeterminación, la gobernanza y los sistemas de justicia; las tierras, los territorios y los recursos; la conservación; el cambio climático; la actividad empresarial y los derechos humanos; las personas defensoras de derechos humanos; y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El informe suscita preocupación por el desplazamiento masivo al que se enfrentan los pueblos indígenas en toda Asia, así como por la destrucción de su entorno y el aumento de la pobreza debido al acaparamiento de tierras. Los proyectos de desarrollo de gran escala, como las presas, la minería, las plantaciones de monocultivos y la tala, están aumentando en la región y provocando graves violaciones de los derechos humanos, ya que los pueblos indígenas pierden sus tierras y recursos tradicionales. En toda la región los pueblos indígenas carecen a menudo de reconocimiento legal de su estatus y existe un fracaso generalizado a la hora de proteger sus tierras y respetar sus derechos a participar y ser consultados en las decisiones que los afectan. Coincido con mi predecesora en que los Estados deben tomar medidas para evitar la violencia y la criminalización contra los pueblos indígenas que ejercen sus derechos en la defensa de sus tierras y territorios. Es fundamental reforzar la regulación de las empresas privadas.
Con vistas al futuro, hay que subrayar que la promoción de los derechos de los pueblos indígenas y de sus prácticas tradicionales es crucial para lograr el desarrollo sostenible, la lucha contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad. Esto se aplica no sólo a Asia, sino a todo el mundo.
En lo que respecta a las visitas a países, presento un informe de la visita de mi predecesora a la República del Congo en octubre de 2019. En su informe, la Sra. Tauli-Corpuz acoge favorablemente el marco jurídico adoptado para proteger y promover los derechos de los pueblos indígenas desde la última visita del mandato en 2010, y señala algunos avances en la reducción de la discriminación directa que sufren los pueblos indígenas en el país. Sin embargo, es testigo de la continua marginación de los pueblos indígenas, que viven en condiciones de extrema pobreza, obligados a abandonar sus bosques para dar paso a proyectos comerciales y de conservación, o como resultado de los enfoques asimilacionistas pasados y actuales. Es necesario redoblar los esfuerzos para aplicar la Ley Nacional de Promoción de los Pueblos Indígenas de 2011, en particular en lo que respecta a los derechos sobre la tierra y el acceso a los servicios básicos, pero también a la necesidad de un reconocimiento especial del modo de vida y los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas en materia de gestión y conservación de los ecosistemas.
Lamentablemente, la última visita de país de la Sra. Tauli-Corpuz a Dinamarca y Groenlandia, en marzo de este año, se vio interrumpida por culpa de la COVID-19. Tan pronto como las condiciones de salud pública lo permitan, me complacerá realizar mi primera visita oficial de país en Groenlandia y Dinamarca, y retomar la visita iniciada por mi predecesora.
En lo que respecta a las futuras visitas de país durante mi mandato, seguiré procurando realizar visitas de país en Asia y África, e insto a los Estados de estas regiones a que acepten mis solicitudes de visita oficial. En cuanto a las prioridades temáticas durante el periodo de mi mandato, seguiré centrándome en los problemas de derechos humanos relacionados con el derecho a la tierra, los ataques y la criminalización contra los pueblos indígenas, la conservación y el cambio climático. Inevitablemente, seguiré vigilando de cerca los impactos de la COVID-19. También deseo explorar cuestiones que considero que requieren una atención especial, como los retos a los que se enfrentan los pueblos indígenas en las zonas urbanas, el impacto del trabajo forzoso y en régimen de servidumbre y el análisis de cómo se llevan a cabo las evaluaciones de impacto ambiental y social.
Concluyo aquí mi intervención y les agradezco a todas y todos su atención.